Parroquia Sta. Mª de Noreña (Ver actualización. Rodriguez Hevia JM y Fanjul Cabeza, JM: LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE NOREÑA (1591-1663). Porfolio Fiestas Ecce-Homo. 2009.
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Iglesia
parroquial.- Fue edificada en "... el mismo lugar que, en la época medieval, sirvió de
asiento a otro (templo) de estilo románico." Cuando, en el
año 1441, falleció en Noreña el
Obispo de Oviedo y Conde de Noreña D. Diego Ramírez de Guzmán, "...
mandó enterrarse en la Capilla mayor de la Iglesia de Noreña".124 En 1640, siendo Obispo y Conde D. Antonio de Valdés Herrera (1636-1642), se encargó al maestro santanderino Fernando Huerta que añadiese las naves laterales que faltaban por construir a la iglesia, pero "... su intervención no fue muy afortunada, al derrumbarse los muros del cuerpo central, quedando en pie, únicamente, la capilla mayor y la sacristía. F. Huerta dio en quiebra en 1644." (Mª S. Álvarez Fernández). La iglesia se terminó de construir en el centenario siguiente "... gracias a la consabida aportación económica de los vecinos de la villa condal, con el mismo Obispo; por lo que su escudo figura en lo alto de la nave lateral del evangelio. (D. Joaquín Monte Rodriguez). El 27-3-1641 fue contratado el altar de la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Condado de Noreña: "Rompimiento por terceras partes entre Luis de la Vega, Francisco Gonzalez y Pedro García, Escultores"; según figura en documento firmado por el escribano Pedro de Trasaguas. (Germán Ramallo Asensio) En 1702 se construyó el antiguo pórtico quedando prácticamente finalizadas las obras. En 1868, se hizo la escalinata del presbiterio y, en 1891,"... se construyó una amplia sacristía y un coro muy capaz, todo en armonía con el resto del templo". En 1926 “… se construyó una bonita y sobria balaustrada en el presbiterio y, en el mismo año, se colocó un artístico púlpito y hermosos confesionarios (donados por la familia Rionda-Alonso), construido en los acreditados talleres de las Escuelas Salesianas de Sarriá. (Barcelona). También se ha renovado casi todo su pavimento, quedando con todo esto nuestro templo en muy buenas condiciones y con las comodidades posibles.” "... Contiene variantes arquitectónicas impuestas por el nuevo estilo aceptando modelos góticos foráneos. La utilización de complicadas bóvedas de crucería situadas a la misma altura sobre las tres naves y el presbiterio propio de "iglesias de salón", difundidas en el Levante Español en la Europa Central durante las centurias anteriores, siguiendo esquemas góticos "cultos" que por razones de su tardía cronología se van a mezclar con elementos renacentistas en la ornamentación. Así, encarna, dentro de la arquitectura de la zona central de Asturias, un aspecto tipológico de indudable interés. Únicamente en Noreña, y por influjo directo de la mitra ovetense, vemos plasmarse algunos aspectos formales y decorativos de mentalidad clasicista (arcadas que sostienen las bóvedas y cenefas en forma de friso con motivos renacentistas muy simples)" Mª S. Álvarez Fernández
"Al entrar, se nota enseguida que
la disposición general del recinto sagrado es la típica del gótico
español en el último período, ya que es de planta rectangular en forma
de salón con tres naves a la misma altura, de tres tramos cada una, con
lo cual no son necesarios los arbotantes, pues quedan contrarrestados
con los recios contrafuertes exteriores. " Esteban García Chico
"La portada principal es de corte clásico: adintelada, con frontón triangular, acroteras o remates en forma de bolas a ambos lados, y sobre ella una pequeña hornacina con la imagen de la Virgen, titular de la iglesia."
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Medidas de la iglesia Superficie interior: 413,8 m2 (23,85*17,35) Altura de la torre: 25,83 m (22,83 m hasta la cornisa+ 3 m cubierta). La que existía anteriormente "era algo más baja y achatada". Explanada anterior de la iglesia: 712,89 m2 (28,1*25,37) Aunque el conjunto es muy armónico muestra en su interior el sello peculiar de su época y estilo; en el que importa más la sencillez que el recargamiento de elementos decorativos y, sin embargo, es una gallarda fábrica de sillería. "Sorprende la elevación de sus bóvedas (11,63 m) con arcos de crucería de gran variedad y riqueza, tanto en arcos como en claves, de claro perfil gótico en las postrimerías; sostenido todo por sólidos pilares, a los que sirven de capiteles molduras corridas, cuya belleza y armonía de composición hacen sentir al visitante la majestad y el recogimiento que convienen a la Casa de Dios." Debido a los años que transcurrieron para su reconstrucción su arquitectura es una mezcla del estilo renacentista y gótico tardío.
Tras la guerra civil precisó ser restaurada ya que, según cuenta D. Enrique Rodríguez Bustelo: había sufrido graves desperfectos " ... al formar una gran hoguera en su interior, donde las llamas ocasionaron la destrucción de sus retablos barrocos con las imágenes y el archivo parroquial, el 25 de agosto de 1936. La estructura abovedada de la iglesia evitó su destrucción total, resultando con partes muy calcinadas, y totalmente destruida la Sacristía y casa Rectoral. Pese a que en los años 1934-35 fue denunciado el estado ruinoso de la torre, el incendió destruyó el entramado de vigas del interior de la torre por lo que, desgraciadamente, el 4 de febrero de 1939, se derrumbó totalmente; arrastrando con ella la fachada principal de la iglesia. En este estado, la iglesia fue ocupada por gitanos con sus carros y caballos, y en ella cocinaban y hacían su vida. La restauración urgente de los defectos de cimentación de la iglesia y los ocasionados en la fachada por el derrumbe de la torre, fueron realizados gracias a D. Justo Rodriguez Fernandez, lo que evitó la pérdida de este edificio singular. La reconstrucción provisional de la fachada incluyó una espadaña en la que el volvieron a sonar las campanas con motivo de "bajar el Santu" para las Fiestas del Ecce-Homo de 1939. Así estuvo la iglesia hasta que se reconstruyó su torre en 1948-1950, época en la que se hicieron diversas obras siendo párroco D. Alfredo Barral; del que luego se trata. Al poder regresar el párroco por haber finalizado la Guerra Civil, las misas y funciones religiosas hubieron de celebrarse en el Palacio- Residencia del Dr. Dionisio Cuesta Olay situado frente a la iglesia, durante el corto tiempo que se precisó para rehabilitar la Capilla del Colegio de Religiosas de la Sagrada Familia. Éstas habían sido desalojadas de dicho colegio y tuvieron que residir en este palacio.
Retablos e imágenes (s. XVI, XVII y XVIII).- Tienen gran relevancia. Afortunadamente, en el 1948, fueron rescatados del estado lamentable en que se encontraban en la iglesia de San Pedro, Torrelobatón (Valladolid); motivo de su puesta en venta por el Obispado, por lo que fueron donados por la familia de D. Justo Rodríguez Fernández. Destaca entre ellos el altar mayor:
Inicialmente de atribuyó a Adrián Alvarez por figurar entre los bienes pendientes de pago inventariados por su viuda: "retablo de pintura y escoltura de la advocación de San pedro para la villa de torre de lobaton". El gran interés de este retablo motivó diversos estudios y publicaciones (Candeira 1943-44; E. García Chico-1966; A Barral Mosteirín- 1979; E. Cuesta Rodriguez 1986; Emilia Cabeza Colunga 2000). La difusión de este retablo en esta Web permitió fuera localizado por el director del Museo Nacional de Escultura, D. Jesús Urréa, quien publicó: "Identificación de un retablo de JUAN de JUNI en Noreña" (Boletín M.N.E. nº 8 año 2004; editado en mayo 2006. Este gran descubrimiento ha sido posible gracias a la minuciosa investigación, que había realizado previamente, sobre el retablo que Juan de Juni había contratado el 30-6-1564, (cuya reconstrucción - dibujo a mano- realizó el arquitecto D. Luis Alberto Mingo Macías) y sabiendo que había sido concluido el 22-4-1567. Tal reconstrucción y las investigaciones pertinentes, solo llevaron a catalogarlo como “perdido”; hasta que D. Jesús Urréa lo reconoció en ésta Web. Contrato firmado por Juan de Juni con la Compañía de Jesús (Esteban García Chico 1941) Fabricado en madera de pino de Soria, medía 4,17 m. (= 15 pies de ancho), «sin los festones» laterales, que volaban pie y medio cada uno fuera del cuerpo del retablo, y otros 9,19 m. (=33 pies) de alto, desde encima del altar hasta lo alto del remate superior. En su banco se disponían, a ambos lados de la custodia, sendos tableros con pinturas de pincel y sus extremos se flanqueaban mediante columnas estriadas de orden dórico. El tabernáculo, compuesto «de muy buena y nueva ordenanza», constaba de cuatro columnas y medía 1,58 m. (=5 pies y tres cuartos de ancho) por otro tanto de alto estando decorada su puerta por la una figura de «un niño Jesús del tamaño que se pudiere extender de talla entero»; encima de su remate (de 2 pies) se situaba una imagen de Nuestra Señora, por entonces titular del templo. Sobre la custodia y en medio del retablo, había una caja de 2,22m. de alto por 0,76m. de ancho (= 8 pies de vara de alto por tres pies menos un cuarto de ancho) para albergar la imagen de Nuestra Señora, con su moldura alrededor, y encima un frontispicio con una venera y sobre él asiento para la cruz de un Crucifijo. A ambos lados de la caja se situaban dos tableros, con su adorno de molduras alrededor, para pinturas de pincel y encima su cornisa, resaltada para asiento de cada tablero, otras dos figuras a cada lado y, abajo, dentro de la moldura, un serafín. A los lados de la caja y venera de la imagen de Nuestra Señora, se disponían otros dos tableros de pincel y a cada lado dos termes a manera de compartimentos que sustentaban arquitrabe, friso y cornisa. Sobre la cornisa principal se colocaba el ático (de 12 o 13 pies = 3,36m.) y sobre la cornisa, a cada lado de afuera, un niño «colgando de la mano un festón de fruta y follaje con una tarjeta o escudo con el nombre de Jesús». Aquel se formaba mediante dos columnas estriadas de orden jónico, que formaban la caja en la que se situaba un tablero grande que servía de respaldo a la figura del Crucifijo, el arquitrabe, friso y cornisa y por último el frontispicio en el que se alojaba una imagen de Dios Padre «que salgan sus brazos»; tres vasos coronaban el frontón que remataba todo el retablo. Además, en los diferentes cuerpos que componían el retablo, dispuestas sobre sus entablamentos se distribuirían ocho figuras, de bulto redondo, de 0,97m.de alto (=3 pies y medio), representando los cuatro Evangelistas y los Doctores, acompañados de sus correspondientes insignias. Jesús Urréa Según se refiere en el citado boletín, al modificar el templo que los Jesuitas tenían en Valladolid dedicado a Nuestra Señora, este retablo fue a parar a la iglesia de San Pedro, en Torrelobatón; siendo Adrián Alvarez quien se encargó de adaptarlo para lo que crea la imagen de San Pedro y el Calvario que figura en su ático. Las tablas de pincel se crearon al instalar el retablo en la iglesia parroquial de San Pedro de Torrelobatón, descartando la paternidad de pintores vallisoletanos: La composición de la Liberación de Pedro se encuentra literalmente tomada de un dibujo de Martin de Vos que fue grabado por Johan Sadeler I en 1580; una de las figuras del Martirio de Pedro procede de otra composición del mismo dibujante representando el Martirio de Santiago, grabada por Sadeler; en la historia de la Primacía de Pedro, el anónimo artista utilizó el detalle de la barca tomándolo de un grabado de Sadeler que copia una pintura de Girolamo Muziano; y finalmente la Última Cena está directamente tomada de un grabado de Johan Sadeler copiando una pintura de Pieter Candid. Jesús Urréa La Iglesia Parroquial de Noreña contiene otros tres retablos que son espléndidas muestras del barroco italiano, que también proceden de Torrelobatón y un hermoso Cristo de la Salud (s. XVII), que procede de la iglesia de San Juan Bautista, Tamariz de Campos. Valladolid. [Descargar datos e imágenes de la parroquia [PDF 5,2 Mb]
De la religiosidad que preside estos actos nos da idea el relato del insigne noreñense P. Cesar Vaca Cangas:
En la Ermita del Ecce-Homo termina la tradicional procesión en la que participan autoridades eclesiásticas y civiles en las que no falta la Corporación Municipal, acompañados de gran número de cofrades y devotos, vistiendo, muchos de ellos, la morada mortaja. Terminada la procesión proseguía la tradicional romería en el “prau de la fiesta” detrás de la Capilla. Dicha Romería la organizaba la Comisión de Festejos que integraban los mismos cofrades y en ella, después de haber comido en el castañeu y en prau de la romería, se celebraban reñidos concursos de baile y canción asturiana, tocaban las bandas de música, orquestas, etc., sin que faltase la suelta de globos y cohetes. Al caer la tarde la fiesta proseguía en el centro de la villa, bellamente iluminada a tal fin, y animada por parejas de gaita y tambor que alternaban sus interpretaciones con la de prestigiosas orquestas. Ante las dificultades económicas que tenía La Comisión de Festejos para poder organizar las fiestas surgió SONOFE, el 4-IX-1960, de la mano de D. Jesus Cuesta García y otros entusiastas que sorprendieron a todos con sus grandes iniciativas y logros:
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