Palacio
del Rebollín o de los Llanes,
también fue llamado de D. Menendo y P. de los Marqueses de S.
Juan de Nieva.
Según
D. Emilio Marcos Vallaure:
"Se trata
de una de las mejores construcciones palaciegas asturianas concebido en
un espacio abierto. Se trata de un edificio de planta rectangular
formado por el bajo y un piso, con galería adintelada sobre columnas, y
de una monumental escalera. En dicha estructura se ha aprovechado una
edificación anterior, de finales del siglo XVII, de la que aún se
conserva su puerta principal, de acodadas molduras, en el amplio zaguán
de la fachada S. El exterior de sencilla monumentalidad, que contrasta
con el interior, obedece ya a módulos neoclásicos, en el que sólo la
sucesión de los vanos, de lisa marcación de piedra, rompe la uniformidad
de de los parámetros de mampostería, logrando un expresivo efecto de
claroscuro.
"La fachada
principal, a S., queda abierta al paisaje por dos arcos gemelos
semicirculares sobre impostas lisas, que dan paso al amplio zaguán, que
comunica a su vez directamente con el patio central, la escalera y el
jardín que mencionaremos después. Otra imposta lisa y corrida a lo largo
de la fachada separa la planta baja de la superior, que tiene cinco
balcones, con balaustres de hierro forjado, siendo común el
correspondiente a los balcones centrales, que hacen juego con los vanos
de la planta baja. A los lados de los balcones centrales, las armas de
la casa - Argüelles y Quirós- en bien labrados escudos"
"Por aprovechar,
seguramente, una parte de la obra del siglo XVII, la zona noble de
la fachada queda descentrada respecto al conjunto, descentramiento
parcialmente compensado por otro balcón superior, sin aparente
correspondencia de ventana baja."
"La fachada O.,
pensada para un jardín de recreo, tiene seis balcones en su planta alta,
similares a los descritos, con correspondencia asimismo de ventanas en
la planta baja, salvo al SO., donde se repiten otro par de arcos gemelos
semicirculares, concebidos para dar vista al jardín- y acaso como eje
axial del mismo- que dan paso a un pequeño zaguán que se comunica, como
dijimos, con el zaguán de entrada. Al fondo del jardín se alza, aunque
menoscabada desde la guerra civil, una
torre palomar de planta cuadrada,
edificio singularísimo en Asturias, de bajo y dos pisos, abierto aquél
en amplio arco de medio punto sobre impostas lisas, en el lado frontero
al palacio, y que tiene acceso por el primer piso mediante volada
escalera sostenida por una semicolumna ochavada, adosada al muro N. Esta
construcción tiene escasos ejemplos en nuestra región, y hace pensar en
un arquitecto conocedor de modelos foráneos, especialmente franceses."
" A N., quedan
las dependencias propias de una explotación rural, con entrada
independiente, que conservó hasta nuestros días amplia portada, en cuyo
remate una inscripción recordaba que: Esta obra se hizo a expensas de D.
Menendo de Llanes Cienfuegos Campomanes y Argüelles. Año 1795."
" D. Menendo era
nieto de D.ª Teresa de Argüelles y Gonzalez de Villazón (1709- 1740),
que por su matrimonio con D. Menendo de Llanes Campomanes y Avilés(1690-
1766), señor de las casas del Fresno y de Muñón cimero (Lena), trasmitió
a esta familia su solar de Noreña. Estos fueron los padres del
ilustre asturiano
Alonso Marcos Llanes de Argüelles,
nacido en esta casa el 26-4-1732 en la que pasó sus primeros
años.
"Para su
ambicioso proyecto de total reconstrucción de la vieja casa-palacio de
los Argüelles, acudió D. Menendo a uno de los mejores arquitectos
asturianos de finales del siglo XVIII, Ignacio José Pruneda Vigil,
nacido en Santa María de Narzana, concejo de Sariego, en 1732. Pruneda
pertenecía a una familia de importantes artistas asturianos, que se
inició precisamente en él. ..."
Parece ser que la
Conserjería de Cultura de Asturias aconsejo, en 1979, la conversión en
un jardín público el solar frontero al palacio:
" ... jardín que si
quisiéramos ser dignos de nuestra historia debería estar presidido por
el ilustre cronista de Asturias, D. Juan Uría Ríu, tan entrañablemente
vinculado a esta casa".
Alonso
Marcos Llanes de Argüelles
(26-4-1732, +7-1-1795)
"Colegial
en el insigne de San Pelayo de Salamanca, Juez de Estudios de aquella
Universidad, ingresó en el Colegio mayor de Santa Cruz de Valladolid, y
en 17 de septiembre de 1755, se graduó de ambos Derechos en la
Universidad de Avila.
Con
estos antecedentes hizo oposiciones, consiguiendo primero la Canonjía
Doctoral de la Catedral de Palencia, y después, de la Santa Iglesia de
Sevilla donde se distinguió siendo Diputado en la Corte, donde acreditó
su saber.
La
fama que adquirió en la Corte, donde se dio a conocer por su aventajado
talento, hizo que el Rey lo presentara para la Iglesia de Segovia, el
año 1776, en la que se distinguió por su fervoroso celo y caridad para
con los pobres. visitó personalmente todos los pueblos del Obispado
donde predicaba con los Misioneros que le acompañaban y socorría toda
clase de necesidades. Fundó el Seminario Conciliar y escribió su plan de
estudios eclesiásticos con tan particular acierto, que mereció la
aprobación del Rey y de la Cámara de Castilla; lo enriqueció con una
selecta Biblioteca, y abierto el18 de Junio de 1781, tuvo la
satisfacción de ver el éxito de sus tareas, en muchos buenos Sacerdotes
que sobresalieron después en sus virtudes y letras.
Fue
promovido después a la Iglesia Metropolitana de Sevilla como Arzobispo,
el 2 de Noviembre de 1783, donde demostró su gran celo pastoral en la
Santa Visita que emprendió por todo el Arzobispado. Viósele caminar por
sierras ásperas y terrenos quebrados, subir montañas y bajar cuestas y
despeñaderos inaccesibles. Fue muy raro el pueblo en el que su
Excelencia no hizo una plática a los fieles antes de visitar los
Sagrarios, exhortándolos a que se apartaran de los vicios y siguieran
las virtudes; otra al clero privadamente, y últimamente se acercaba a
saber de las Justicias si había algún exceso, cuyo remedio cupiese en
sus facultades para aplicarlo inmediatamente. ¿Puede exigirse más, en
comprobación del celo pastoral del señor Llanes?"
En: Prelados Sevillanos
Según Canella:
Aconteció en una audiencia,
que el Rey Carlos III le dijo a este obispo:
- Me contó el Conde que tu
pueblo es una insignificante aldea de Asturias.
- Cierto, contestó el Prelado; pero no lo será tanto si
tiene 200 zapateros.
- Poca geografía asturiana sabe mi secretario, replicó
el monarca.
Éste manifestó el dato de los 200 zapateros al Conde de
Floridablanca, el cual expuso al Rey que tantos eran los vecinos de
Noreña, como los discípulos contaba en ella San Crispín.
Carlos III, cuando despidió al Arzobispo, le dijo con sorna:
- Procura que, con tantos zapateros de tu pueblo, no anden descalzos
tus diocesanos."
Referíase del virtuoso prelado, que salió un hermosa tarde de Primavera
con dirección a Umbrete, para descansar algún tanto de las penosas
tareas que le alumbraban, y al aproximarse al Pueblo, bajose del coche
para andar un trayecto de camino que restaba. Apenas hubo dado algunos
pasos, halló a un niño sentado sobre una piedra apacentando sus
ovejas. Acercose a él, y preguntole cómo se llamaba, y que hacía allí.
Sorprendiose el zagalillo, y algo turbado le contestó:
- Mi nombre es Manolito, soy pastor, y
estoy aquí guardando mis ovejas.
- Pues yo también soy Pastor, repuso
el Prelado.
- Sí; pero á que usté no conoce á sus
ovejas por su nombre, como yo conozco á las mías.
- ¡Hay niño! esas palabras han sido
puestas en tu boca, exclamó atónito el Arzobispo, elevando ambas manos a
su frente.
No fue necesario más, socorriolo
generosamente, y en el acto regresó a Sevilla para no volver al Palacio
de Umbrete y resolvió repetir la Vista Pastoral, de lo que no
consiguieron disuadirle. El señor Llanes era Pastor, y no mercenario,
que huye y abandona la grey.
Tampoco se olvidó D. Alonso de la iglesia
de su villa natal pues:
"... hizo donación de treinta
mil ochocientos reales con los cuales se adquirió un terno entero
(Conjunto del
oficiante y sus dos ministros, diácono y subdiácono, que celebran una
misa) de medio tisú,
fondo blanco ; un cáliz, patena, vinajeras, platillos y campanilla de
plata sobredorada a fuego y unos ciriales de plata que se estrenó el 15
de agosto de 1793. Así mismo se embaldosó de nuevo el cuerpo de la
Iglesia, que estaba descompuesto, costando ciento diez reales cada
sepultura, incluyendo todos los materiales que vinieron de Granda, más
allá de Oviedo"
" Estos objetos de valor con otros que
la Iglesia poseía, fueron enviados en 1807 da Cádiz por Orden del
Gobierno y no volvieron a recuperarse"
Higinio Monte Cuesta
Su
muerte muy sentida y duradera su memoria en esta Ciudad, por lo que el
Cabildo le erigió más tarde un
suntuoso Sepulcro a la entrada del
Panteón de los señores Arzobispos bajo el Altar Mayor del Sagrario, en
cuyo frontispicio se grabó el siguiente
laude:
Cristo principio y fin
A la memoria y restos mortales de
Alonso Marcos de Llanes y Argüelles, descendiente por sus Padres y
antepasados, de la Casa de Noreña en Asturias. Caballero de la
Gran Cruz y Collar de oro, de la Orden e Carlos III. Afable , docto y
espléndido. quien habiendo desempeñado dignamente el Episcopado de
Sevilla, y fundado el Seminario bajo un plan de estudios, sabiamente
ordenado, vino luego promovido á Arzobispo de ésta Sede
Metropolitana de Sevilla, adonde había sido Canónigo Doctoral. Después
restauró en parte la Iglesia Catedral, dándole más amplitud exterior, y
hermoseó el pavimento de la misma Basílica. Dotó de servidores la
Biblioteca de su Dignidad, disponiéndola para uso público. Acogió y
socorrió a los sacerdotes franceses emigrados, que venían huyendo de la
revolución y de la muerte. Tenía el proyecto de erigir el Seminario y
otras obras útiles. Mas dejó esta vida mortal, el día siete de Enero de
1795, á los sesenta y dos años de edad. El Deán y Cabildo dedicaron
afligidos este monumento á tan benemérito Varón.
A Dios, Prelado amabilísimo, y vive
para siempre.
Dñª Brígida Macua Carrizo Poo y Llanes
(1893,+1975) refundido hoy
en los Macua de San Juan de Nieva-, fue la última heredera de la
casa de Argüelles en Noreña, quien se casó con D.
Juan Uría Ríu
(n. 7-X-1891+ 3-6-1979), catedrático de Historia de la Universidad de Oviedo e impulsor
del Centro de Estudios Asturianos; una de las figuras más
importantes de la cultura asturiana del siglo XX. Debido a su conexión
con Noreña, donde pasaban todos los veranos con su familia, muchos de
sus trabajos tuvieron como protagonista la villa condal, a la que dedicó varios capítulos
de sus obras.
En "Estudios
sobre la baja Edad Media. Asturias de los siglos XIII al XVI",
en
el capítulo titulado El castillo de Noreña, contó con la
colaboración del General D. Manuel Alonso Cabeza; en cuya propiedad
estuvo asentado dicho castillo y quien, al parecer, pudo identificar el foso cuando construyó
su vivienda. Por ello pudo ayudar a D. Juan a replantear
el emplazamiento del castillo y
realizar el esquema que figura en tal libro. El legado con
investigaciones de todo tipo sobre la historia asturiana ha sido
recopilada en 6 volúmenes por su hijo D. Juan, también historiador; siendo "El
Reino de Asturias y otros estudios altomedievales" el primero que ha
sido publicado.
Vivieron en
El Rebollín, frente a la
fachada
NE y, finalmente, en dependencias de este
palacio D. Manuel Cabeza Fernández y Dña.
Delfina Colunga Álvarez, casados el 9-IX-1905. Tuvieron siete hijos
a quienes siguió numerosa descendencia.
Torre
del Reloj.
Situada
en la cima del Rebollín ha sido siempre monumento más emblemático de la villa
al ser tan visible. Su reloj, ha servido para controlar las horas de trabajo en los talleres de zapateros
y demás actividades de la villa, mediante el sonido de su campana y ser visible desde
muchos puntos de la villa. Así ocurría desde la Plaza de La Nozalera;
como se aprecia en la imagen contigua. También figura la C/ Del
Guerrillero Fombella y la fuente que también hacía de aliviadero al
depósito de agua de El Rebollín.
El nombre de
esta calle dedicada al noreñense Fombella que " ... siendo un humilde
zapatero capitaneó una partida de patriotas", supone un reconocimiento póstumo, a unos héroes de la villa
en la revolución contra los franceses.
Refiere Fermín Canella en: "Noreña. Asturias" :
"Cuando
el alzamiento de 1808, las gentes de Noreña acudieron a Oviedo y
mostraron la patriótica decisión de los asturianos; pero un hijo de la
villa, el labrador Fombella, se sintió con más alientos poniéndose al
frente de animosa guerrilla con Marto y Fanjul, que desde todos los
rincones de Siero atacó con audacia diferentes convoyes del
ejército francés que salían de Oviedo necesitando fuerte escolta para
resistir las emboscadas y ataques del guerrillero noreñés. Después de la
Guerra de la Independencia, el audaz Fombella murió pobre y olvidado."
En el mismo
documento se tilda de belicosos a los noreñenses pues dice que tras la
derrota final del rebelde Alfonso Enríquez, en 1394, Noreña fue
restituida a la mitra ovetense por lo que: "Noreña población
guerrera, vio con pena el cambio de señorío y entonces tuvo origen aquel
antiguo adagio: Con mal va Noreña, que, con pendón y caldera, es fecha
sierva de la iglesia."
A
la derecha, se repite la
vista anterior, con las palmeras del jardín de la casa que pudo ser
de Los Palacio y que fue derribada cuando ya se conocía como "almacén
de Julita"; siendo propiedad de la familia Monte Cabaña.
La
Torre "...según documento sacado de Simancas", data de 1694 y
fue, posiblemente, un lugar de reunión municipal y, posteriormente,
cárcel. Tras su reciente restauración, se utiliza como lugar de
exposiciones.
En el interior del edificio, se puede
apreciar el perfecto estado de los mecanismos construidos, en 1864, por
D. José Martínez, relojero del Ayuntamiento de Bilbao.
El Reloj de la Villa
"...se encuentra una antigua
torre
cuadrangular, elevada,
donde el Reloj de la Villa
se instaló
con arrogancia,
como gallito altanero
cuya cresta se destaca
en
la cima del tejado
con su sonora campana
"
Higinio Monte Cuesta
Desaparecida
de la vista esta Torre secular no se reconoce Noreña desde sus afueras;
lo que se debe a modernas edificaciones
que la han cercado, sin guardar ningún respeto al edificio insignia de
la villa.
Fachada Norte
del la Torre ;
vista desde el Rebollín junto al Depósito de Agua que
hicieron construir D.
Manuel Rionda Polledo y D. Pedro Alonso Bobes.
Los zapateros, necesitaban guiarse
del Reloj de la Villa para controlar su jornada laboral y solían
caminar y a la par, resolver otros problemas.
Los Zapateros de Noreña
(Ver charla en Pimiango: Marzo 2010)
No aparecieron como relata el
viajero francés Alexandre-Jean Joachim Holinski en 1843,
evidenciando un gran desconocimiento de nuestra historia:
"... pequeño villorrio que se dice fundado por
unos zapateros suizos, cuyos descendientes han conservado el
oficio de sus antepasados ...".
También cita: "Pola, miserable
revotillo de casas tristes, disimuladas por hórreos y paneras, quizá
también recibiera antaño una colonia suiza, puesto que los zapateros
abundan como en Noreña."
Sin
duda que esta profesión tiene una tradición mucho más antigua;
aceptando, como fuente fidedigna, lo referido por González
Cuesta y Leirado Arbesú en Noreña Villa condal:
"
... en 1587, se dice de los pobladores de Noreña que son pobres y
miserables ... no hay entre ellos ningún trato ni comerzio sino el de
algunos zapateros que azen zapatos para venderlos en los lugares
realengos.
En
el catastro del Marqués de Ensenada, año 1751, la situación de Noreña
había mejorado: más de 200 zapateros, 56 carpinteros , 34 curtidores y
14 sastres.
A
medidos del siglo XIX ... consisten las principales operaciones
comerciales en la estracción de curtidos y zapatos para surtido de la
capital y otros puntos de la provincia, y aun de la inmediata León.
Este
sector alcanzó su máximo desarrollo a principios del siglo XX,
disminuyendo entonces hasta su desaparición debido a la competencia del
calzado de fábrica, más barato."
Refiere Dña. Emilia Cabeza Colunga, hablando de los topónimos de
la Villa Condal respecto a la Calle de los Zapateros, sita en el
barrio de el Ecce-Homo:
"Primero fue una calleja
o caleya, a la que los vecinos de la zona llamaron, casi
peyorativamente, de los zapateros; porque estos, cansados de pasar el
día sentados ante el mesu, salían a estirar les piernes
y, de paso, a hacer una necesidad fisiológica. Por esto
último, las vecinas de aquella zona procuraban no pasar por
allí, ante el temor de encontrarse con un hombre con la correa
al pescuezu y un papel en la mano. Ésta calle se ganó a
pulso su nombre, y algo puxaríen aquellos probes después de
pasar to'l santu día sentáos, dándoi
a la suela".
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